Sus palabras resumen nuestro proyecto de vida desde nuestros orígenes: CREAR UNA FORMA NUEVA DE EVANGELIZAR Y SERVIR en nombre de Jesucristo y fundamentado en la CARIDAD evangélica: PRÁCTICA Y OPERATIVA.
Somos herederas del espíritu fundacional de D. Antonio Roig, sacerdote ilustrado del s. XVIII que junto a Mariaina Nebot y sus tres compañeras, fueron oyentes fieles de la Palabra de Dios. Y quisieron responder a su compromiso bautismal iniciando un proyecto nuevo de vida religiosa, convirtiendo las calles en su claustro, favoreciendo el desarrollo integral de la mujer de su tiempo, la educación y atención sanitaria. Un proyecto con una única finalidad: “Hacer felices a las personas” mejorando su calidad de vida espiritual y material.
Un nuevo estilo de vida religiosa en Mallorca, desconocido en la isla, que causó un impacto en la gente de la parroquia.
El proyecto fundacional, iniciado en Felanitx en 1789, se extendió a otros pueblos de Mallorca. Eran Casas de Caridad autónomas hasta su unificación en 1890.
La vida y obra de San Vicente de Paúl han sido fuente de inspiración para nosotras desde la fundación. La espiritualidad vicentina nutre nuestra vida apostólica.
La pobreza de nuestras fuerzas humanas ha sentido siempre la fuerza de la presencia de Dios en nuestra vida y servicio, como bien decía nuestra Beata Sor Francinaina Cirer.
Nuestra misión sigue presente en España, Perú, Honduras y Burundi. A fin de acompañar a las personas en su proceso de desarrollo integral, atendiendo a sus necesidades educativas, sanitarias y pastorales.
La intención de Antonio Roig era “Hacer más felices a sus feligreses” atendiendo a sus necesidades tanto físicas y espirituales.
La primera Casa de Caridad nace con la finalidad dar respuesta desde una CARIDAD operativa, a tres urgencias de la sociedad rural de la época:
La Casa fundacional y sus filiales tuvieron unas reglas internas propias. El primer reglamento no habla de votos religiosos y tampoco del hábito religioso, solo indicaba que su vestido fuese de “mujeres muy honestas».
D. Antonio Roig Rexart. Nació en Mahón en 1750, falleció en Palma de Mallorca en 1808. Ordenado sacerdote en 1774. Fue rector de Ferrrerías y vicario general de Menorca. Hombre ilustrado, pertenecía a la SOCIEDAD DE AMIGOS DEL PAÍS. Gran investigador, escritor y predicador. Fundó la primera Casa de Caridad en Felanitx en 1798.
Mariaina Nebot Riutort, nació en Son Servera en 1745 y murió en Felanitx en 1804, enviudó a los 41 años. Junto con Francina Antich, Bárbara Obrador y Catalina Rosselló fundó la primera Casa de la Caridad. Fue el primer convento de vida activa en Mallorca, por lo que las primeras Hermanas tuvieron que hacer frente a la oposición de ciertos grupos a un nuevo estilo de vida religiosa.
Rafael Caldentey conocedor de la Casa de Caridad de Felanitx, vio la necesidad de fundar una Casa de Caridad en Manacor (1847). Tuvo la colaboración de Magdalena Nadal, convirtió su vivienda en una Casa de Caridad. Junto con Margarita Galmes, Pereta Pocoví y Francisca Barceló que formarían la primera comunidad, con unas reglas internas propias.
Su misión fue atender a los enfermos del pueblo y la educación.
Abrieron una nueva comunidad en San Lorenzo en 1866.
D. Rafael Caldentey Perelló. Nació en Manacor en 1818, murió en Santa María del Camino en 1887. A los 28 años inició la fundación de las Hermanas de la Caridad en Manacor. En 1853 siendo el rector de la parroquia del pueblo de Santa María del Camino, realizó una gran labor pastoral, social y espiritual. Fue el primero en iniciar la devoción a la Virgen de Lourdes en Mallorca. Fue un buen predicador y muy atento a las necesidades de los pobres, a los que muchas veces les daba su almuerzo. Murió pobremente. Se inicio su proceso de beatificación en 1954 por el Obispo Dr. Hervás.
Magdalena Nadal Llull sentía vocación a la vida religiosa, a los 19 años quedó huérfana y se dedicó a las obras de caridad. A los 46 años convierte su casa en Casa de la Caridad. El 13 de marzo de 1847 hicieron la primera profesión las primeras cuatro Hermanas de la Caridad de Manacor, ella recibió el nombre de Sor Magdalena del Corazón de Jesús.
Desde 1846 se hablaba de una “Casa de la Caridad” donde vivían Catalina Jaume, Mariaina Alorda, Catalina Gamundí y Antonia Moyà, conocidas como “las maestras”. Fue el inicio de la fundación de las Hermanas de la Caridad por el párroco Jaime Moyá. La finalidad de la casa era “la enseñanza de las niñas y la asistencia a los enfermos”. Sor Catalina Jaume después de dejar Binisalem, fundó en 1865 una primera casa en Inca que perduró hasta su muerte.
Catalina Jaume Cantallops. Nació y murió en Inca (1813-1885), maestra de profesión. Consta que desde los 34 años vivía con otras tres compañeras y ejercía la docencia desde 1847. Mujer que supo afrontar los problemas para mantener su autonomía y vocación de maestra.
D. Jaime Moyá Bestard (Binisalem, 1810-1857). Fundó en 1850 en Binisalem las Hijas de la Caridad del Corazón de Jesús para “la educación de las niñas y la caritativa asistencia a los enfermos”. Donó su casa propia para convertirla en convento.
La fundación fue posible gracias a Juan Molinas, sacerdote ilustrado y párroco del pueblo de Sencelles, con la colaboración de Francisca Ana Cirer, una mujer del pueblo ya anciana, reconocida por su piedad y actos de caridad hacia los más pobres, con el único deseo de atraer a todos hacia Dios. Ella cedió su casa y todo cuanto tenía para la nueva comunidad de Hermanas. Su confianza absoluta en Dios le permitió superar los problemas, decía: “No puede el oro de Can Raió lo que yo puedo con el Señor”.
La misión de esta Casa de Caridad será la educación cristiana de la juventud especialmente de las niñas, atender a los que sufren sobre todo a los más pobres y a los enfermos, enseñar la doctrina cristiana en las aldeas vecinas a Sencelles.
En 1851 Francisca Ana Cirer junto con Magdalena Cirer y Magdalena Serra recibieron el hábito e hicieron los cuatro votos: pobreza, castidad, obediencia y asistencia a los enfermos.
Beata Sor Francinaina Cirer Carbonell (Sencellas, 1781-1855). Desde muy niña sintió la llamada a la vida religiosa pero su padre no le dio permiso. Quedó cuidando de su familia hasta que todos fallecieron. Desde su más tierna infancia los vecinos vieron en ella una persona dedicada al servicio de los demás, buena consejera y con un trato muy afable con todos, cercana para atender a los enfermos. Era conocida por todos como “tia Xiroia”.
En 1849 se realiza una misión en Ruberts, la predica del sacerdote Rafael Caldentey más el acompañamiento espiritual del rector Juan Molinas, motivaron a Francinaina a consagrarse públicamente a Dios.
En 2011 fue nombrada patrona de los catequistas de Mallorca.
D. Juan Molinas Amengual, nació en Palma en 1811 pero vivió en Sencelles. Estudió en la Universidad de Mallorca (1824-30) junto a otros tres seminaristas que fueron fundadores de Institutos religiosos femeninos: Sebastián Gili, Jaime Moyà y Rafael Caldentey. Fue un buen predicador y promotor de la vida cristiana de su parroquia. El sacerdote Juan Molinas conocía muy bien la vida de Francisca Ana y su fama como mujer piadosa y caritativa.
Rafael Caldentey en 1853 se convirtió en el nuevo párroco de Santa María del Camí. Construyó con la ayuda del pueblo la capilla del Sagrario, prometiendo a la gente que fundaría una comunidad de Hermanas de la Caridad para ayudarles en sus necesidades. Promesa que cumplió en 1860. La antigua rectoría sería la nueva casa para la primera comunidad de Hermanas. Su misión fue la enseñanza de las niñas y la atención a los enfermos, asistiéndoles en sus casas.
D. Rafael Caldentey Perelló. Nació en Manacor en 1818, murió en Santa María del Camino en 1887. A los 28 años inició la fundación de las Hermanas de la Caridad en Manacor. En 1853 siendo el rector de la parroquia del pueblo de Santa María del Camino, realizó una gran labor pastoral, social y espiritual. Fue el primero en iniciar la devoción a la Virgen de Lourdes en Mallorca. Fue un buen predicador y muy atento a las necesidades de los pobres, a los que muchas veces les daba su almuerzo. Murió pobremente. Se inicio su proceso de beatificación en 1954 por el Obispo Dr. Hervás.
Sor María del Corazón de Jesús. María Francisca Ferrer Jaume pertenecía a una familia rica, fue al colegio de la Pureza en Palma. Tenía 35 años cuando fundó la Casa de la Caridad junto con Benita Far Ferrer y Margarita Ramis Rayó. Las tres fueron a Manacor para hacer el noviciado, recibiendo los hábitos en diciembre de 1860.
La expansión de la Congregación necesitaba una unificación de las reglas, y al mismo tiempo una “uniformidad”, a fin de conservar prácticas y costumbres que la caracterizaban desde su origen. A partir de 1886 el obispo Jacinto Cervera Cervera va unificando las Casas de la Caridad que tenían el mismo objetivo fundacional, culminando en 1890 con la redacción de las Constituciones y elección del primer Consejo General. Sor Teresa de Jesús Umbert será la primera Superiora general.
Felanitx, Sencelles, Santa Maria, Inca, Establiments, Casa General, Vilafranca, El Arenal, La Soledad, Porto Cristo, San Rafael, Son Roca
Paiporta (Valencia), Villa del Prado (Madrid)
Congrégation des Sœurs de la Charité de Saint Vincent de Paul: Nyabikere, Shombo, Rabiro, Gatonde
Delicias de Villa, Pachacamac
San Pedro Sula
